Constant-Joseph Desbordes. 1761-1827
Un maravilloso libro para leer estos días de pandemia en que estamos inmersos y pendientes de la llegada de una vacuna que nos salve de esta enfermedad que nos amenaza, la covic,, es libro del escritor Javier Moro y titulado, “A flor de piel”; nos relata magistralmente las vicisitudes, las grandes proezas de aquella España de apenas iniciado el siglo XIX, cuando la viruela era una terrible epidemia de la época que causaba estragos entre la población mundial, los afectados o morían o quedaban marcados y desfigurados de por vida; y la solución llegó también de la mano de una vacuna, cuando por fin se descubre en 1796, por el médico Edward Jenner, poco tiempo después en España se crea la “Real Expedición Filantrópica de la Vacuna”, con la misión de llevarla a todos los territorios de ultramar del Imperio Español incluida Filipinas.
La misión se inició en 1803 cuando la corbeta María Pita zarpó del puerto de la Coruña a un viaje protagonizado por los héroes de siempre, héroes españoles anónimos, y esto viene a cuento para recordar las dificultades actuales, que son grandes, pero al leer este delicioso libro histórico nos damos cuenta de que a pesar de todo, somos unos privilegiados.
En la vacuna de la viruela, destacan varios héroes aparte del descubridor Edward Jenner,; los 22 niños que viajaron para llevar en sus cuerpos la vacuna , el doctor Francisco Xavier Balmis y su ayudante J. Salvany y como no la inolvidable Isabel Zendal cuya misión fue cuidar a los 22 niñitos huérfanos y mantener viva la cadena de vacunación, brazo a brazo, una proeza que supuso un éxito total donde una mujer, una gran enfermera hizo posible lo que para muchos parecía un milagro que acabase siendo una de las expediciones científicas mas fructífera de todos los tiempos.
Nueve años de su vida dedicó Isabel Zendal a navegar y viajar por Hispanoamérica y Filipinas consiguiendo junto a sus compañeros inmunizar a cientos de miles de personas en la primera gran campaña de vacunación en el mundo; hasta 1950 no tuvo el reconocimiento de su proeza Isabel Zendal, en esa fecha la Organización Mundial de la Salud la consideró primera enfermera en misión internacional de salud publica de la historia, y el gobierno mexicano concede un Premio Nacional de Enfermería en su honor desde 1975. La escuela de enfermería de San Martin de Texmelucan lleva su nombre con el lema “Sacrificio sin esperar gloria”.
Contemplo con asombro como es otra mujer, sajona por cierto, la considerada como prototipo de enfermera, me refiero a Florence Nightingale que cuando ella nació, Isabel Zendal ya había realizado su proeza; claro que no tardaron mucho los británicos, al contrario de lo que hacemos nosotros, en ensalzar a Florence a quien en 1883 la reina Victoria le otorgó la Real Cruz Roja, en 1907 la Orden del Merito del Reino Unido y las llaves de Londres y el día Nacional de la Enfermería se celebra en su honor; seguro que no le faltan méritos; pero Isabel Zendal fue sin duda la primera gran enfermera y sin duda está mujer Isabel Zendal debería ser el referente de la enfermería, al menos en España.
Lean el libro y comparen, hoy ante está pandemia que nos ha puesto de rodillas, el mundo de la ciencia trabaja sin descanso, hasta 73 vacunas están en diferentes fases de desarrollo en el mundo, y en España se desarrollan también vacunas, tenemos a un infanteño Esteban Rodríguez Sánchez trabajando en varios frentes en las vacunas nacionales y en colaboración con vacunas internacionales, y llegará la solución, todo indica que la próxima primavera tendremos disponible la ansiada vacuna que nos devolverá la libertad de abrazar a nuestros amigos de besar a nuestros seres queridos en fin de recuperar la parte de libertad que hoy nos falta.
Y el 2021 llegará; y sin riesgos, no hemos querido desde la declaración de la pandemia asumir ningún riesgo; volveremos a la normalidad que solo puede ser una, la de siempre, la normal , sin caretas ni miedos, con abrazos, volveremos a nuestros trabajos, a viajar, a celebrar, y como no, volveremos a nuestra actividad en la Universidad Libre de Infantes, a nuestros cursos y a nuestras actividades con la ilusión de siempre.
