Bienvenida del Presidente-Rector
La Universidad en su origen medieval trataba de entender al hombre, a su creador y la relación entre ambos. Pronto se convirtieron en crisol de grupos sociales de la que salió la nueva nobleza de toga que desde el Renacimiento sirvieron a las nuevas monarquías y a las clerecías para el desarrollo administrativo de las nuevas maquinarías de poder. Pero también sirvieron para alumbrar la llamada “revolución científica” de aquel siglo XVII que preparó el terreno para la revolución industrial del siglo XVIII y de todo el desarrollo científico y técnico posterior.
La España de nuestro Siglo de Oro debe mucho de su grandeza y de ese brillo a la universidad. Cumplía la universidad, con las imperiosas necesidades de renovación y con una enorme necesidad de transformación del mundo, que ya venía de lejos y que dio lugar a un nuevo tiempo que la historiografía ha calificado de Humanismo y a no tardar de Renacimiento aunque en principio esto supuso una recuperación de la tradición a medio plazo y por intereses en conflictos, supuso una amputación del pasado histórico hecho cultura: esto es, una amputación de la tradición. Digamos que fue el origen que nos puso, a todo el occidente, de cara al futuro y dando la espalda al pasado. Pertenecemos hoy a una cultura, que ha devenido en proyecto de futuro Pero por mucho que nos empeñemos, no hay futuro sin presente y sin pasado.
Y este es un problema que atenaza a la universidad oficial de hoy. Quizás nos estamos entregando demasiado al futuro. Creemos que en estos tiempos difíciles y de cambios, es el momento que volvamos la vista al pasado en busca de la experiencia. De la experiencia histórica, de la Historia Magister Vitae. Nos proponemos elevarnos por encima para ver el bosque y decirle a la sociedad que el derecho positivo a veces se equivoca, que la actividad económica se equivoca, que el hombre se equivoca. Queremos que la universidad recupere el espíritu de conciencia crítica de la sociedad y que desde la reflexión, lideres cambios creativos e impulsores de nuevas actividades que hagan florecer el pensamiento, la cultura y la creación con sus consiguientes beneficios sociales.
Por eso nace la Universidad Libre de Infantes. Como lugar y campo de experimentación de las nuevas vías de renovación cultural y científica, desde la recuperación de esa vieja tradición humanística, desde la libertad para la búsqueda de la verdad porque sólo la “verdad nos hace libres”. Queremos recuperar las semillas que legaron aquellos gigantes que pasaron por aquí y dieron esplendor y luz a Infantes y al Campo de Montiel: Santo Tomás, Simón Abril, Cervantes, Patón, Quevedo, Lope, Ballesteros Saavedra… y tantos otros; Nace para repensarnos mejor, para saber lo que somos por lo que fuimos. Este es nuestro horizonte teleológico y el espacio de donde salieron las mejores empresas universales y espirituales y a las que se suma ahora el camino que ha empezado nuestra Universidad Libre de Infantes, Santo Tomás de Villanueva.